La primavera la sangre altera, KIO.

El invierno desaparece de la esfera oscense, dando la bienvenida a la primavera.

Es como si el mundo resucitase, mientras yo sigo en mi oficina, perdiendo el tiempo entre trabajo y trabajo anotando estas lineas.

Con el paso de estación, una extravagante sensación recorre mi mente. Es como si me pusiera feliz involuntariamente, y eso que me gusta el frío (aunque no hay que exagerar), prefiriéndolo de mucho al calor. Abandonaré mis pijamas de manga larga y las mantas para dar paso a dormir medio en pelotas y sin ningún tipo de colcha. No se que hago pensando ya en verano.

Recuerdos de años pasados inundan mis pensamientos, y por alguna extraña razón todos son buenos, aunque repletos de anginas y resfriados. Almenos no sufro alérgias.

Es momento de escuchar Dandy Warhols, Lodger, Faith No More y tantos otros grupos que tengo en la lista de "Canciones felices" en mi reproductor de Mp3 en el Mac del curro.

Llegará la feria del libro, donde los compraré compulsivamente, llenando mi casa de polvorienta sabiduría, ya que dudo que los saque de las estanterías en las que pasarán sus días.

Llegará Semana Santa, aunque este año será diferente. De semana nada, cuatro días de fiesta y a currar.

Llegarán las lluvias. Ansiadas lluvias para esta tierra. Putas lluvias para el que se moja.

Llegará el torneo de ¡¡¡WARHAMMER!!!, a ver si gano alguno, ¡que solo falto yo!



Tiruri-tata. ¿Quién me ha drogado?